Soy abogado penalista, en situación de Alta y como Ejerciente en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.
¿Y por qué digo esto?
Pues sencillamente porque no todos los titulados egresados de una Facultad de Derecho son “abogados”.
Y no, no es clasismo por mi parte, es algo tan facil como que uno es lo que es, y no necesariamente lo que dice que es, y para ser considerado abogado hay que estar colegiado como ejerciente.
Las veces que habré escuchado, “es que mi hijo/hermano/nuera/mujer/marido, etc., trabaja en tal cosa pero también es abogado porque estudió Derecho” o “mi marido/mujer trabaja en ‘NoSeQueCosa’ pero estudio derecho y está colegiado/a como no ejerciente desde hace N años”.
Y cuando les dices que si no se está de Alta en un Colegio de Abogados como Colegiado Ejerciente, no es abogado, es Licenciado o Graduado en Derecho, o cualquier otra cosa (todas ellas igual de meritorias) pero desde luego no es abogado, te miran con “cara de haba” y empieza la discusión por su parte, producto del claro y manifiesto desconocimiento de la Legislación vigente.
Nosotros, los abogados (colegiados ejercientes), junto con Jueces y Fiscales, SOMOS LOS DE LAS TOGAS.
Somos los que una vez tras otras “pisamos estrados”, los que juntos “nos constituimos en Sala” para la celebración de los Actos Procesales que así lo exijan, sí, porque la sala no se puede constituir si falta alguno de los hoy llamados “operadores jurídicos” (Jueces, Abogados y Fiscales) y prueba de ello, es que todos nos sentamos en Estrados a la misma altura, y si falta alguno no puede celebrarse el acto procesal.
Llegado a este punto, pensará el lector, y a este hombre como “se le va la pinza”, pero no, «no se me va la pinza», viene lo anterior, al caso de una conversación que escuché el otro día mientras tomaba café, y que tenía su fondo en los desafortunados hechos que se han producido en Madrid, en los que los enfrentamientos entre varias de las denominadas “bandas latinas” rivales, acabaron con el asesinato/homicido de algunos de sus miembros, conversación que reproduzco en pocas líneas:
- A: “Joder Madrid está hecho una mierda, está lleno de esta gentuza.”
- B: “No solo Madrid, toda España está plagada, y no hacen nada con lo facilito que sería”
- A: “Como que no hacen nada, la Policía y la Guardia Civil se dejan el pellejo”
- B: “Bueno bueno, no será para tanto, porque siguen por las calles haciéndolas más gordas.”
- A: “Claro hombre, pero esto no es culpa de la Policía, ESTO ES CULPA DE LOS DE LAS TOGAS”
- B: ”¿Cómo que de los de la Togas?”
- A: “Claro hombre, los putos jueces los putos fiscales y los putos abogados”
- B: “¿Y eso que tiene que ver?”
- A: “Porque entre unos y otros en lugar de meterlos en el talego y que no salgan, los ponen en la calle, joder lo sabré yo que mi mujer estudió derecho y es abogada.”
- B: “Pero si tu mujer lleva trabajando de comercial toda la vida.”
- A: “Y eso que tiene que ver, pero estudió derecho y es abogada como todos los que estudian Derecho, y yo se bien lo que digo.”
- B: “Ya claro si es abogada lo sabrá bien.”
- A: “Pues claro, porque la culpa es de los de las togas, entre unos y otros en lugar de meterlos en el talego y que no salgan, los ponen en la calle, los fiscales no hacen nada y piden poca pena, los abogados piden que les dejen en libertad, y los jueces no hacen nada y los dejan sueltos, joder si lo sabré yo que te estoy diciendo que mi mujer estudió derecho y de eso sabe mucho.”
- B: “Ya bueno, claro …»
- A y B “ …….”
El resto de la conversación continúo por los mismos derroteros, que no tiene sentido reproducir.
Sobra decir, que en el hipotetico caso de que la mujer de A hubiese estudiado Derecho y obtenido su titulo de Licenciada, por el contenido de la conversación, Abogada no es.
Bien, PUES NO, LA CULPA NO ES DE LOS DE LAS TOGAS.
Los de las Togas se limitan a utilizar las herramientas (las leyes, el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y las que les son supletorias) que les proporciona el Poder Legislativo.
En un Estado como el nuestro, Democrático y de Derecho, todo estamos sujetos al imperio de la Ley, y Jueces, Abogados y Fiscales no somos una excepción.
Fueron las ideas de Montesquieu las que rompieron con todo, ya que propuso una nueva división de poderes del Estado, más concretamente en tres: el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial.
Tres poderes separados en tres ramas independientes y en tres áreas de responsabilidad distintas, tres poderes en el que ninguno mandara sobre el resto, siendo por tanto un sistema de pesos y contrapesos.
Conforme a la teoría enunciada por Montesquieu, el Poder Legislativo, es decir, el Parlamento, es elegido por el pueblo. Y este Parlamento, de acuerdo con la mayoría imperante, es el que a su vez elegirá al Poder Ejecutivo, esto es, el gobierno), y a su vez es este Poder Legislativo el encargado de elaborar las leyes.
Esas leyes que los jueces deben administrar y aplicar en nombre del pueblo (Poder Judicial) en el cual reside la soberanía de la nación.
Decía Montesquieu que «los jueces debían ser la voz muda que pronuncian las palabras de la ley”.
Bien llegados a este punto, creo que el lector ya se habrá dado cuenta que Jueces, Abogados y Fiscales trabajamos con esas herramientas que ya nombré, LAS LEYES, las cuales han sido promulgadas por el Poder Legislativo (Congreso y Senado).
Bien pues, ni Jueces, Fiscales o Abogados podemos apartarnos de dichas Leyes, y en ellas es en las que se establecen que conductas son jurídicamente reprochables, y cuáles son sus consecuencias, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Así pues, los responsables de que “los delincuentes” estén en la calle, o salgan pronto, o las penas sean desproporcionadas, SON LOS LEGISLADORES, que dicho coloquialmente no son otra cosa, en este caso, más que los “fabricantes de las herramientas” y en general, elaboran las leyes a su conveniencia e interés o el interés de sus partidos políticos, y muchas veces sin contar con el correcto asesoramiento de juristas.
Prueba palpable de ello, es, y me hago una pequeña reflexión “¿Por qué no elaboran verdaderas y duras leyes contra la corrupción política, en las que no se pueda alcanzar la libertad si no se ha reintegrado todo lo defraudado?”.
Sencilla y llanamente, porque no les interesa, y porque incluso al final ellos mismos pueden resultar los destinatarios del contenido de dichas leyes, así que mejor no hacerlas muy duras y estrictas.
Así pues la próxima vez que se encuentren, u os encontréis frente al debate de “¿Quién tiene la culpa de que los delincuentes campen a sus anchas por las calles?”, por favor piénsenlo detenidamente, “el choro está en la calle porque se le ha aplicado la Legislación vigente”, LEGISLACIÓN QUE HA CREADO, MODIFICADO O MANTENIDO EL PODER LEGISLATIVO, ese que está integrado por nuestros políticos, que en muchos casos carecen de formación suficiente para redactar leyes, o incluso carecen de formación para tareas mucho menos especializadas.
Como frase/reflexión final, dejaré la siguiente:
NO, LOS DE LAS TOGAS NO TENEMOS LA CULPA.
LA CULPA ES DEL PODER LEGISLATIVO, INTEGRADO POR POLITICOS QUE HAN HECHO DE LA POLÍTICA SU MEDIO DE VIDA Y QUE FUNDAMENTALMENTE SOLO MIRAN POR SUS PROPIOS INTERESES Y LOS DE SU PARTIDO, TRATANDO DE APARENTAR QUE MIRAN POR LOS DEL CONJUNTO DE LA CIUDADANÍA.