Grooming o Ciberacoso ¿que es?

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El grooming se podría traducir como el ciberacoso sexual en la que un adulto engaña a un menor de edad con una finalidad sexual.

En esencia y simplificandolo podríamos decir que se trata un ciberengaño pederasta.

Un engaño pederasta, más conocido por el anglicismo grooming (del verbo “to groom”, en clara alusión a conductas que buscan el acercamiento y/o preparación para un determinado fin) o ciberacoso que son una serie de conductas y acciones emprendidas por un adulto, a través de Internet.

El objetivo es claro y deliberado, ganarse la amistad de un menor de edad para de ese modo crear conexión emocional con él, buscando con ello disminuir las preocupaciones del menor y poder llegar a abusar sexualmente de él. En algunos casos, se busca introducir al menor a la producción de material pornográfico o incluso llevarle al mundo de la prostitución infantil.

Esta es la modalidad que más resulta usada por pederastas y pedófilos con la finalidad de ganarse la confianza de menores y conseguir llegar a establecer con ellos vínculos emocionales.

La finalidad no es otra que la de poder podern conseguir de ellos fotografías y/o vídeos de contenido sexual en los que los protagonistas sean los propios menores, en el caso de los segundos, o incluso llegar a mantener un encuentro sexual, en el caso de los primeros.

Claramente el ciberacoso sexual (la persecución de un indivíduo a otro a través de mensajes, fotografías o videos de carácter sexual.) en las redes sociales, o grooming en las redes sociales es una de las amenazas principales que los menores de edad pueden llegar a encontrarse al navegar usando sus dispositivos digitales, toda vez que este tipo de depredador sexuales se ampara en el anonimato que le da “la red” para esconderse y actuar buscando sus objetivos.

Publicado por Save the Children, el informe “Violencia Viral, análisis de la violencia contra la infancia y la adolescencia en el entorno digital”, destaca que la media de edad en la que se sufre este tipo de abuso se encuentra situada en el entorno de los 15 años, y que de los menores encuestados, el 21,45% habían sufrido grooming durante su infancia.

Más concretamente, el 15% lo habría sufrido más de una vez. Así mismo, en el 49,15% de las ocasiones, la persona que intentó el abuso era un desconocido. Así mismo, encargado por la Comisión Europea, el informe «EU Kids online II» destapó que de los menores de entre 13 y 16 años, el 42% afirmó haber recibido mensajes de carácter sexual por Internet.

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Claramente el ciberacoso sexual en las redes sociales, o grooming en las redes sociales es una de las amenazas principales que los menores de edad pueden llegar a encontrarse al navegar usando sus dispositivos digitales, toda vez que este tipo de depredador sexuales se ampara en el anonimato que le da “la red” para esconderse y actuar buscando sus objetivos.

EL DELITO DE GROOMING

Si claramente el grooming es un delito. Recogido en nuestro vigente Código Penal, concretamente en el artículo 153.ter, donde se establece como un delito de ciberacoso sexual infantil, estando castigado con penas de prisión de uno a tres años o multa de 12 a 24 meses:

“Este delito castiga a aquel que, a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y de la comunicación contacte con un menor de dieciséis años, y proponga concertar un encuentro con el mismo a fin de cometer cualquiera de los delitos descritos en los artículos 153 y 159 del C.P., siempre que tal propuesta se acompañe de actos materiales encaminados al acercamiento”.

Así mismo, también se castiga con pena de prisión de seis meses a dos años cuando:

“A través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y la comunicación contacte con un menor de dieciséis años y realice actos dirigidos a embaucarle para que le facilite material pornográfico o le muestre imágenes pornográficas en las que se represente o aparezca un menor”.

Cómo detectar si un menor está siendo víctima de "grooming"

Para ello es preciso primero establecer cuál es el patrón de comportamiento al practicar el grooming por parte de los ciberacosadores.

Para poder detectar si un menor es víctima de grooming, antes debemos saber cómo actúan estos ciberacosadores. Para ello es preciso primero establecer cuál es el patrón de comportamiento al practicar el grooming por parte de los ciberacosadores.
ciberacoso
Para poder detectar si un menor es víctima de grooming, antes debemos saber cómo actúan estos ciberacosadores.

La conducta más habitual llevada a cabo por los ciberacosadores sexuales en estos casos, es la de hacerse pasar por otro menor en una red social y de esa forma tratar de establecer contacto con sus posibles víctimas a través de técnicas de manipulación y engaño para de esa forma llegar a conseguir que le envíen un video o una imagen.

Una vez han logrado este primer objetivo, da comienzo lo que se conoce como fase de extorsión o chantaje, durante la misma amenazan a su víctima con compartir dicho material entre sus conocidos, padres, o incluso en su entorno escolar y más, forzándoles con ellos a enviarles más videos y fotografías de índole sexual o, incluso, llegar a concertar un encuentro real. De esta forma se entra en un círculo vicioso del que menor no consigue salir con facilidad.

En muchas ocasiones el grooming y el sexting (enviar o recibir fotografías o vídeos de contenido sexual a través de las redes sociales, del móvil, o cualquier otro medio electrónico) van unidos de la mano, y ello es debido a que una gran parte de los menores no llegan a ser conscientes de los riesgos que se derivan del envío de sus imágenes personales a un conocido o no, sobre todo cuando esa persona puede ser un completo desconocido haciéndose pasar por un menor de su edad.

Ahora bien, como decíamos resulta vital tratar de identificar a aquellos menores que se encuentran siendo víctimas de ciberacoso sexual o grooming, y para debemos prestar atención a determinados síntomas (no tienen por qué darse todos) a los cambios de hábitos.

Aunque la prevención del grooming debe ser el primer paso (y hablaremos de ello en el siguiente epígrafe) para evitar que nuestros menores sean víctimas de esta práctica, esta es una lista de los síntomas que puede mostrar un menor cuando es víctima de grooming, no siendo necesario que concurran todos:

Cambios en su estado de ánimo:

  • Tensión permanente.
  • Cambios repentinos de humor.
  • Reacciones agresivas.
  • Momentos de tristeza, apatía o indiferencia.

Sus hábitos cambian:

  • Se produce absentismo escolar, falta a clase.
  • Abandona la práctica de sus actividades preferidas.
  • Su rendimiento escolar se ver afectado y tiene altibajo.
  • Sus actividades de ocio habituales dejan paso a otras.
  • Experimenta un cambio de sus hábitos de alimentación. Pierde capacidad de concentración.
  • Usa Internet o los dispositivos para acceder a ella de forma diferente.
  • Oculta sus comunicaciones por Internet o el móvil.

Síntomas físicos o psicosomáticos:

  • Manifestación de dolencias frecuentes.
  • Lesiones físicas sin explicación.
  • Mareos frecuentes.
  • Cambio de su lenguaje corporal frente a la presencia de determinadas personas.
  • En el espacio escolar, prefiere estar en espacios en los que se siente protegido y en control (rincones, paredes).

Cambios en sus relaciones:

  • Cambia de amigos de forma extraña e inesperada.
  • Reacciones desproporcionadas frente a ciertas bromas o comentarios.
  • Cambio en la forma de relacionarse con los adultos.
  • Negativa a salir de casa o miedo a salir de ella.
  • Falta de comunicación.

Métodos de prevención eficaz ante el grooming online

Frente a un mundo globalizado e interconectado, donde cada vez los menores tienen un acceso más temprano a Internet surge la pregunta más importante en este caso, que no es otra que, ¿cómo podemos evitar el grooming?

La respuesta la encontramos en la educación, al igual que cuando se trata del sexting, es fundamental conseguir que los menores entiendan los riesgos de ciertas acciones en la Red pasa poder educarles y resulta fundamental que los comprendan, es fundamental concienciarles en hacer un no solo un uso responsable de las nuevas tecnologías, sino también en el ámbito afectivo-sexual. De esa forma será menos difícil conseguir que puedan saber cómo detectar los peligros y las consecuencias que de sus actuaciones en el mundo digital.

Un primer paso es enseñar a nuestros menores qué es un pedófilo y que es un pederasta, y que se puede ser las dos cosas, enséñales a detectar sus perfiles y a cómo hacer un uso responsable de Internet y las nuevas tecnologías, para de esa forma evitar que sean víctimas de estos ciberacosadores y acosadores sexuales.

Resulta por tanto fundamental el enseñarles a:

  • Rechazar mensajes con cualquier connotación de tipo sexual.
  • No publicar datos personales ni imágenes con los que se les pueda identificar y/o localizar.
  • Utilizar perfiles privados y no aceptar solicitudes de amistad de personas desconocidos.
  • No subir a redes sociales contenidos de carácter sexual o compartirlos con otras personas, por mucha confianza que crean tener con ellas.
  • Enseñarle que todo lo que sale de la esfera sus ordenadores o de sus dispositivos digitales automáticamente queda fuera de su control, y que eso hace posible que pueda llegar a cualquier persona en cualquier lugar, incluidos sus compañeros de clase, o personas con malas intenciones.
  • No caer en los chantajes y a la primera señal de ello por muy dramático que pueda parecerles y contárselo a un adulto.
  • Es importante intentar saber a través de ellos con quiénes contactan y tratan en Internet y llevar un cierto nivel de control sobre ello.

Para ello debemos:

  • Aprender en familia el uso y manejo de las nuevas tecnologías.
  • Colocar el ordenador en una zona visible (el salón, por ejemplo), haciendo que en su colocación quede la pantalla visible para el resto, así como evitar que chateen y lo usen a puerta cerrada.
  • Explicarles los riesgos reales de la Red.
  • Instalar antivirus y programas de navegación segura en los dispositivos digitales.
  • Saber qué páginas visitan y, preguntándoles a ellos, saber con quién hablan y sobre qué temas.
  • Evitar instalar una webcam en el ordenador, y en caso de que la tenga, desconectarla o ponerle una pegatina que tape la lente cuando lo usen los menores, práctica que también será buena en el caso de los adultos.
  • Hablar con ellos sobre sexualidad saludable para reforzar la idea de que pueden hablar de estos temas si se han sentido incómodos charlando con alguien en Internet.

¿Qué hacer ante el grooming?

Debemos:

    • Prestar apoyo al menor de forma absolutamente incondicional.
    • No ceder al chantaje del acosador.
    • No realizar ningún tipo de contacto con el acosador ni borrar información importante, es vital guardar los chats, los mensajes, las fotografías y vídeos, etc., de cara a las autoridades.
    • Denunciarlo a la policía.
    • Proporcionar al menor ayuda psicológica, toda vez que el grooming es una experiencia traumática que podría llegar a acarrear consecuencias perniciosas a largo plazo.

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